sábado, 7 de septiembre de 2013

AMAR LA LLUVIA

Se largó… tal cual como lo pronosticaban las nubes del mediodía y el viento, cada vez más inquietante. ¿De que cantaba la tormenta? De un joven abogado que cayó en la trampa, y luego tuvo que elegir. ¿Romper una regla fundamental? ¿Seguir con la tradición de su familia? ¿Llegar al prestigio y dinero? ¿Al vacío? ¿O animarse a perder todo, a buscar un camino propio? Cada elección tenía su precio. No se sabía cuál era más alto. Se sabrá.

Se largó… sin haberlo esperado. La interna explosión vino de golpe y terminó en forma de una historia completa. De un cuento, mejor dicho un tratamiento de algo tan corto como un largometraje. Su primero, ya entregado. Nacido en el breve tiempo de tormenta de los últimos años. Aquel seis de Septiembre sus pies por primera vez tocaron el suelo argentino. Y la única palabra que conocía retumbaba por el cañón de su alma con el eco de „angustia“. Seis años… es una vida.

Se largó… aunque sí, amaba. Venciendo al inmenso horizonte de un techo blanco que solía confundir con su alma. De manchas tan conocidas. Desafiando a su propia necesidad de pertenecer. A su miedo. Se enfrentó de vuelta con las milongas de corazones perdidos. Descubriendo que valió la pena saber, que no vale la pena.


Cada elección tiene su precio. ¿Si ganara? No le importa tanto. Lo que importa es jugar con la lluvia. Saber amarla… 


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